lunes

La albondificación del mundo




Consecuencias de la congelación de albóndigas.

La primera, que se organizan y traman venganza desde el interior del congelador.

La segunda, que a todas se les pone cara de pocos amigos.

La tercera, que comienzan a llamar a una de ellas "jefe" y todas se ponen sombreros ridículos.


Esto demuestra que no es bueno congelar cosas a las tantas de la mañana por el bien de un cerebro desquiciado.




Supongo que esto es una forma de excusarme, siempre tiendo a ser soez cuando sólo pretendo ser el secundario chistoso...pero es lo que tienen los secundarios chistosos, que no lo son.

Bueno, pues eso, si he sido muy...bruto...uhmm, lo siento.

3 comentarios:

triz dijo...

he oído esta noche un ruidito dentro del frigorífico y ya me he acojonado, desde que me has descubiero un nuevo sindicato del crimen de la industria cárnica el estante de los tuperware de mi madre me parece un terreno hostil.


siempre con lo del secundario gracioso...
querido sir, debo decirle que tenemos que empezar a pensar otros adjetivos para usted, es hora de que cambie de atuendo ¿no cree?

triz dijo...

y con esto me despido por hoy.
llevo todo el dia cual buho y a estas infames horas de madrugada mi cerebro empieza a achicharrase como un huevo frito, puntillas incluidas.

Anónimo dijo...

en mi refrigerador suceden cosas asi por el estilo, lastima que cuando revelo las fotos de los sucesos no se ven tan nitidas como acá










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