Existe, lo suficientemente cerca como para llegar de un paso y lo bastante lejos que ni las más rápidas naves intergalácticas llegarían, un lugar.
Quizá la forma más poética sería decir que ese lugar lo tenemos a la distancia del grosor de una sombra, pero realmente el grosor sería de los objetos iluminados, ya que los vemos porque están bañados por una capa de luz, lo cual demuestra que la poesía puede ser bella pero nada reflexiva.
El lugar situado tras el velo de la luz es Ciudad Nimbo...en un pasado me enfrasqué en su estudio pormenorizado, basándome en las notas del tercer expolorador en la historia que puso allí un pie y pudo volver a traer ese pie de vuelta hasta aquí.
Han pasado meses desde aquellos estudios que me extenuaron, serái hora de volver a empatizar con aquel lugar...quizá...
Baste decir que es una ciudad que no está anclada al suelo, sino al cielo, muy arriba, con estructuras ancestrales y unos ganchitos decorativos la mar de majos...en fin...Ciudad Nimbo...que tiempos...
5 comentarios:
Deberías volver a juntarte con ciudad Nimbo, que merece la pena...
y mientras tanto, sigue cabalgando en ciudad Bimbo, en donde la sobrasada, la nutella y la miel se confunden y cabalgan junto a la mermelada de fresa.
¡Cuidado vaquero!
recuerda aquel ataque de las tostadoras.... nuestras rebanadas tiemblan aún.
cambiaste fran...
y mucho...
omejor dicho...te cambiaron...
igual...suerte...
Cariño, manda tu relato sobre las maletas a
http://chambarural.blogspot.com/
Es un sitio increíble... y sortean un finde amoroso con tu principesa en una casa preciosa!
muaaaa
QUE CHULO Fran!
Me encanta.
La verdad es que Ciudad Nimbo molaba mirra.
Deberías colgar páginas del cuaderno en el otro blog. Nunca tuve la oportunidad de leerlo tranquilamente, y nada me agradaría más...
Bueno, quizá una felatio, pero leer el librito va luego...
:D
Caballero, después de crujirme su blog de cabo a rabo (sorprendiéndome al descubrir que ya había estado en él, pero aquella vez procedente de la esfera flogera), proclamo: mecagoenlaleche, cómo me gusta su estilo. Y su sentido del humor, también.
Algunas cosas me recuerdan a aquellas "historias animadas de ayer y hoy"... ¿es posible, o me columpio?
El caso es que le tengo echado el ojo. ¡Volveré!
Publicar un comentario