Poeta

Asesino de festines.
Figurante enmarañado sin licencia ni vergüenza.
Lector aficionado de obras de barato
apalancadas en sillones estampados.
Amante del vino de las bodegas del concejal.
Palabrero, zalamero, vividor y holgazán.
Rey de gatas que nunca salieron de tus mentiras.
Pobre diablo de interior.
Tus letras huelen a naftalina.
Tu boca sabe a mal tabaco.
Tus ojos apestan a coñac.
Y tu ego desparramado huele a corrompido.

Ese eres tú, poeta de pueblo que nunca has salido
y alabas las virtudes de un souvenir local.
Yo no te maldigo porque maldito estás.




No, no es ninguna venganza personal...es solo que me caen mal...